LA MIRADA Sergio Alejandro Luis vertió el café en la taza y derramó un poco; cada día temblaba más. ¿Parkinson, cansancio o exceso de cafeína? Las cuatro o cinco porciones de café al día de las últimas semanas lo tenían sucesivamente eufórico y somnoliento. Sin embargo, prefería la cafeína al alcohol con el que, al furor momentáneo le seguía una pesadez depresiva, un sueño desmayado y, al final, una resaca mortal que sólo se calmaba volviendo a beber y así sucesivamente. Mejor el café; menos agresivo para el cuerpo y un bálsamo para el alma, aunque fuera fugaz. Volteó a ver alrededor de su estancia y a diferencia de su p erspectiva anterior, le pareció hermosa. No hay duda, pensó, que todo está en la mente; su existencia aburrida, plana, había cambiado los últimos días y ahora veía todo en forma bella y alegre. El sopor y la monotonía cambiaron a entusiasmo y contento. Y todo solamente por haber visto un par de ojos. Ojos de mirada l...