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Mostrando las entradas de mayo, 2020
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LA MIRADA Sergio Alejandro Luis vertió el café en la taza y derramó un poco; cada día temblaba más. ¿Parkinson, cansancio o exceso de cafeína? Las cuatro   o cinco porciones de café al día de las últimas semanas lo tenían sucesivamente eufórico y somnoliento. Sin embargo, prefería la cafeína al alcohol con el que, al furor momentáneo le seguía una   pesadez depresiva, un sueño desmayado y, al final, una resaca   mortal que sólo se calmaba volviendo a beber y así sucesivamente. Mejor el café; menos agresivo para el cuerpo y un bálsamo para el alma, aunque fuera fugaz. Volteó a ver alrededor de su estancia y a diferencia de su p erspectiva anterior, le pareció hermosa. No hay duda, pensó, que   todo   está en la mente; su existencia aburrida, plana, había cambiado los últimos días y ahora veía todo en forma bella y alegre. El sopor y la monotonía cambiaron a entusiasmo y contento. Y todo solamente por haber visto un par de ojos. Ojos de mirada límpida y honesta, nada e
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EL HOMBRE DE LAS   NIEVES Michael Yahvé Pineda Moreno A Mrtn Qnk Acaba de salir el hombre de las nieves. Lo esperaba en el pasillo apretando el palo de la escoba, viniendo de un lugar a otro, sintiendo los ruidos, concibiendo sus gestos. Al rodear la cubeta   mientras el tiempo se volvía una eternidad. Trato de guardar la calma a causa de escuchar sus movimientos, intento no desquiciarme, pero el tiempo es una condena. Espero que se abra la puerta para que al verlo salir me vea, aunque sea por un breve instante. Siempre deja ese olor agrio del limón y lo picoso del chilito que pone a sus nieves. Qué bello sería tocar sus brazos grandes y fuertes. Esas enormes manos con las que mueve la paleta de madera, quisiera sentirlas todas las mañanas. Ven a rozarme, a pasar tus heladas y ardientes manos sobre mi cuerpo, pásalas una y otra   vez. Bate mi cuerpo. Tómalo como si fuera el bote de aluminio que guarda los hielos deshaciéndose por tu fuerza, que da vueltas y forma una
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Pintura de Esaú Andrade PLACER Leticia Romero Chumacero I “¿Qué será de nosotras si nos expulsan del convento?”, se  p regunta sor Antonia en el camino que va de la celda a la   enfermería. Desde   hace doce meses esa preocupación lastima su alma y desemboca en un nombre: “Mercedes, ¿qué será de mi amadísima Mercedes?”. II La neblina se disipa. Poco a poco cada flor, animal, cada rostro   dibujado en los azulejos del baño es, de nuevo, visible. La puerta   abierta hacia el patio acoge dócil la vigorosa luz de este mediodía   de junio. En la enagua de la esclava se van apiñando los restos de una jícara rota. Mira sus manos. Siempre las observaba después de acicalar devotamente a su señora. La extasía el contraste entre su tez cobriza y la albura de la monja a quien sirve. “Los extremos se tocan”, calcula entonces, “se mezclan para formar círculos”. Aún queda agua en el placer , esa tina de baño recubierta de azulejos que la mira desde el piso como uno de l
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www.isliada.org  SLEEPWALK Sergio Loo Nunca he recordado de qué película es la escena donde dos muchachos están en una cabaña y comienza a sonar Sleepwalk, de The Shadows. El cumpleaños de Emilia empezó desde la tardepero yo llegué cuando todos estaban a punto de irse. De niño me asustaba quedarme los viernes en la noche con mi hermana viendo películas de terror pero me gustaba mucho. Me quedaba. Imaginaba que el árbol de la ventana de mi cuarto una noche iba a tomar vida para engullirme, y si eso pasaba, yo estaría listo para meterme hasta la raíz, a ver qué había. Hace años le dije a Emilia que tenía inclinación por los hombres y ella me abrazó con gusto. Los dos están en la cabaña y vienen a matar al muchacho porque está a punto de convertirse en zombi. Solo recuerdo esa escena como un sueño premonitorio. Mi hermana me decía que cerrara los ojos pero algo me lo impedía y los abría más, hasta que la sangre chorreaba casi hasta afuera del televisor. Cuando entendí mi sexu